Castillo en el desierto

Castillo en el desierto

domingo, 22 de julio de 2018

ALZAMIENTO NACIONAL Y BREVE CONSIDERACION DEL CONTEXTO ACTUAL SALVADOREÑO


Un día como hoy hace 82 años, (18 de julio de 1936 ) se realizó en España lo que dependiendo del prisma ideológico con que se le vea, se le llamará Alzamiento Nacional, para algunos; Sublevación o Golpe de Estado de 1936, para otros. Mucho se ha escrito, a favor o en contra de este acontecimiento. Para ser francos (valga este aquí y ahora muy graciosamente oportuno adjetivo), más en contra, abundantemente más en contra que a favor. La crítica o hasta condena puede hallarse fácilmente no solo en personas y grupos de izquierdas, sino incluso en varios derechistas con tendencia al pragmatismo, la contemporización y el olvido histórico. Víctimas, al fin y al cabo, de una historiografía hegemónica que bajo ropajes de academia mal esconde una visión parcializada acerca de la II República, el bando republicano, el bando nacional, la figura del General Francisco  Franco y su régimen, entre otros tópicos asociados.

Me parece importante, además de apelar a la apertura de un juicio histórico capaz de evaluar los hechos desde las perspectiva de las circunstancias en que se desarrolló la Guerra Civil Española, y por supuesto, también desde el prisma ideológico y axiológico con que cada uno vea los acontecimientos, que no se olvide que la reacción de oposición por vía de la lucha armada a la II República por parte del Bando Nacional no es justo verla como si se tratara de una voluntad de imposición política a la fuerza de partidos de derechas en España, cuando existe abundante documentación y  testimonios que, aparte de existir una aguda crisis institucional y política en los años previos, en la que el orden no se estaba garantizando,  la magnitud de la conflictividad y desencuentros entre los diferentes agentes políticos y sociales fue tal que se llegó a la acusación de fraudes electorales contra el Frente Popular, al cerco político de algunas fuerzas y personajes de derechas, sin olvidar la quema de iglesias, un ambiente anticlerical y anticatólico, y el asesinato de políticos de derechas como Calvo Sotelo y de religiosos, como muestra del abuso de fuerza e intolerancia por parte de sectores extremistas de izquierda.

 Por mucho que para algunos la II República (1931-1939) pretendiera representar la apuesta por la democracia frente a los resabios del Antiguo Régimen en España, y que por consiguiente, pudiera y hasta tuviera que haber sido defendida tanto por las derechas como por las izquierdas con visión pluralista, no obstante, en la práctica se demostró ser un proyecto dominado por la extrema izquierda, con tolerancia o incluso favorecimiento hacia el separatismo, laicista radical, antirreligioso y con visible afán de proscribir por vía ideológica y hasta por ley los valores e identidades tradicionales. No extrañe que siendo así, se hayan unido al Bando Nacional, no solamente grupos monárquicos y fascistas, con los que se le suele asociar de forma exclusiva, sino también derechistas democráticos, pero defensores o respetuosos del orden, la unidad de España, el respeto a la propiedad privada, la religión y valores tradicionales.

Sabemos que al final, terminó el 1 de abril de 1939 ganando el Bando Nacional o Sublevado (integrado por la Comunión Tradicionalista, Falange Española de las JONS, la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA), Renovación Española y Partido Nacionalista Español, como sus principales fuerzas políticas) al Bando Republicano o frentepopulista (Izquierda Republicana o Unión Republicana), el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), el Partido Comunista de España (PCE), el Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM), el Partido Nacionalista Vasco (PNV) y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) ). Pero no puede dejar de reflexionarse que, con las limitaciones y errores que pudo haber en el Bando Nacional, cabe pensar que aparte de la cuestión estratégica militar y la ayuda que pudo haber conseguido (ayuda que tampoco le faltó a los republicanos, y mayor, tanto de la Unión Soviética como de las democracias liberales), su victoria se debió también por la fidelidad y confianza que demostraron respecto al reconocimiento de la realidad del Espíritu y la trascendencia, frente al materialismo y naturalismo del bando contrario.

Pésele a quien le pese, pero España fue de los pocos lugares en que los rojos fueron vencidos. Mal les puede sentar a quienes cantan conscientemente y sin actitud vergonzante,  la letra de la Marcha del partido salvadoreño ARENA, donde en una parte se dice: “El Salvador será la tumba donde los rojos terminarán, salvándose aquí América, nuestra América inmortal”. Digo que mal les sienta, porque en realidad, lejos de ser su tumba el Pulgarcito de América, fue donde se negoció con ellos y se disolvieron, que no reformaron, cuerpos de seguridad, dándosele a la izquierda guerrillera cuotas de poder político, sin participar en elecciones. ¡Vaya sarcasmo!

Si en mi país, El Salvador, las derechas no reencuentran su identidad ideológica y principios, dejándose por el contrario doblegar por la presión de la ingeniería social mundialista, traicionando así a sus fundadores y a las convicciones de la mayoría de sus partidarios; si no se reforman, purgando de puestos de poder a oportunistas, corruptos e ineptos y abogando por que prime la ética en el ejercicio del desempeño de los funcionarios en la cosa pública y en sus partidos; si no usan la inteligencia y la valentía para vencer lo “políticamente correcto” y llamar pan al pan y vino al vino, a pesar de que se salga del discurso “bien pensante”; si no se hacen responsables de sus errores y enderezan rumbo, intentando convincentemente recuperar la confianza y credibilidad defraudadas, entonces, no sorprenda que no sea solamente la izquierda en general la que continúe gobernando el país, sino que sea una de corte populista, intolerante, que insulta y amenaza a sus opositores,  que no escatima con advertir cque puede llevar la agresión a las calles si no se hacen las cosas como a ellos les place, la que acabe ganando las elecciones en 2019, sea de la mano del actual partido en el gobierno, sea con el demagogo maquiavélico peligrosamente bien ubicado en y dominando las redes sociales, pero infeliz aunque comprensiblemente, con popularidad también fuera de ellas.

El Salvador está lejos aún de la crisis política de su vecina hermana nación nicaragüense. Tampoco se puede comparar su situación actual con la que precedió al Alzamiento Nacional. Pero sí existe efervescencia, intolerancia, un ambiente de odios y revanchismo, la mentira y manipulación utilizadas como moneda corrientes por todos, pero de manera especial por medios afines al maquiavelismo populista, instituciones desprestigiadas y fricciones entre el ejecutivo con el judicial, diputados indolentes y que no escarmientan de sus errores e imprudencias, por más vituperados que estén por la mayoría de ciudadanos. Partidos desgastados, impopulares, fomentando o permitiendo corrientes en contradicción a los principios de la mayoría de sus bases. El panorama es preocupante y precisa que se reaccione a la altura de las circunstancias.

Dejo a la consideración de los lectores extractos de algunos párrafos del Mensaje del General Francisco Franco en el día del Alzamiento Nacional. De no ser españoles, cambien allí donde diga “España”, o “españoles”, su propio país de origen y gentilicio. Adapten si lo encuentran posible y adecuado, el mensaje al contexto en donde viven. No se limiten a la letra del texto que habla de una lucha armada y consideren que se puede retomar como lucha ideológica, política o cultural. Pongan allí donde se mencionan a quienes Franco consideraba enemigos y problemas concretos de España en su época, a los propios que tengan ustedes aquí y ahora. Hecho todo esto: ¿no estarían dispuestos a asumir el espíritu de este texto y levantarse decididamente a proteger con todos los medios legítimos posibles a su propia patria, de aquellas ideas y personas que ponen en peligro la institucionalidad, la ley natural, el orden público, la economía, la veracidad en los medios de comunicación, el respeto y libertad de disenso?

He aquí las palabras de Franco. Sea para nosotros motivos de reflexión e insuflo de fuerza para nuestra propia lucha:

"¡Españoles! A cuantos sentís el santo nombre de España, a los que en las filas del Ejército y la Armada habéis hecho profesión de fe en el servicio de la patria, a cuantos jurasteis defenderla de sus enemigos hasta perder la vida, la nación os llama a su defensa.

La Constitución, por todos suspendida y vulnerada, sufre un eclipse total: ni igualdad ante la ley; ni libertad, aherrojada por la tiranía; ni fraternidad, cuando el odio y el crimen han sustituido el mutuo respeto; ni unidad de la Patria, amenazada por el desgarramiento territorial, más que por regionalismos que los Poderes fomentan; ni integridad ni defensa de nuestra frontera, cuando en el corazón de España se escuchan las emisoras extranjeras anunciar la destrucción y reparto de nuestro suelo. La Magistratura, cuya independencia garantiza la Constitución, sufre igualmente persecuciones y los más duros ataques a su independencia. Pactos electorales, hechos a, costa de la integridad de la propia Patria, unidos a los asaltos a Gobiernos civiles y cajas fuertes para falsear las actas formaron la máscara de legalidad que nos presidía.

Al espíritu revolucionario e inconsciente de las masas, engañadas y explotadas por los agentes soviéticos, se ocultan las sangrientas realidades de aquel régimen que sacrificó para su existencia 25 millones de personas, se unen la molicie y negligencia de autoridades de todas clases que, amparadas en un Poder claudicante, carecen de autoridad y prestigio para imponer el orden en el imperio de la libertad y de la justicia.


¿Es que se puede consentir un día más el vergonzoso espectáculo que estamos dando al mundo? ¿Es que podemos abandonar a España a los enemigos de la Patria, con proceder cobarde y traidor, entregándola sin lucha y sin resistencia?
¡Eso, no! Que lo hagan los traidores, pero no lo haremos quienes juramos defenderla".


jueves, 28 de septiembre de 2017

Hefner: la enésima muestra de la decadencia de Occidente



Antes que nadie se atreva a hacerme comentarios que voy a vapulear durísimamente y sin contemplaciones, por lo que voy a decir, me anticipo y doy muestra de honestidad: sí, soy hombre, uno más, uno del común. En ningún momento hablo desde una posición de altura moral superior a nadie. Tengo la herida del pecado original al igual que el resto de la humanidad, y que a los hombres nos afecta de forma especial en lo concupiscente. Soy católico confeso, y espero serlo mientras siga creyendo que el catolicismo es la religión verdadera y si Dios me concede la gracia y misericordia de anhelar siempre como deseables el bien, la verdad y la belleza. Pero ser creyente no significa ni mucho menos, que se es santo. Tampoco no ser santo y reconocerse pecador, no debería implicar abandonar por ello la fe y dejar de defender lo que consideramos correcto. Esos son sofismas y mecanismos de defensa de gente que por llevar decididamente una mala vida, la justifica, y en su lógica abandona su búsqueda de trascendencia y de ser mejor, para acomodarse a una moral laxa para nadie les vaya a cuestionar.

 Dicho lo anterior, voy al grano: la muerte de Hugh Hefner debería ser motivo de reflexión. Ante los ojos del mundo moderno, quedará como un millonario empresario de una industria que cada vez ha ido ganando mayor aceptación pública, como es la que vehicula la sensualidad y el sexo. Imaginar siquiera que la pornografía y el sensualismo a escala industrial tendrían carta de ciudadanía  en la sociedad, habría sido impensable y altamente escandaloso en otros tiempos, y no los contemos en siglos, incluso apenas en la primera mitad del siglo XX.



Las pasiones son constitutivas del ser humano. En sí mismas, ni buenas ni malas, sino en la medida de adónde y cómo se orienten. Nos inclinan principalmente en nuestra voluntad hacia objetos de los que se desea disfrutar o poseer.  A través de la historia, en diferentes sociedades y culturas se han desarrollado costumbres que dependiendo de las convenciones sociales y normas morales y/o religiosas, se ha decantado por lo licencioso o por el contrario, por premiar al menos en el discurso público, la templanza. Y se ha registrado, también, extremos en estas orientaciones, desde la admisión y proliferación de bacanales hasta tabúes de la sexualidad con su consiguiente sanción a quienes transgredieran al puritanismo dominante.



En occidente, con el espaldarazo de la revolución llamada por algunos “contracultural” de los años 60’s y 70’s, lo sexual pasó de la esfera más doméstica e íntima en la que ordinariamente solía expresarse, a una cobertura y exposición inédita en relación a los siglos precedentes. Obviamente, los fenómenos no surgen de generación espontánea. La modernidad y ciertos matices de visiones humanistas ya venían preparando en la parte intelectual/axiológica, ciertas libertades que sin mayor conciencia de sus fundamentos a nivel de pensamiento, ya se permitían en alguna medida varias personas, no solamente dentro de lo anecdótico y en el hombre de a pie, sino en círculos de poder y de status social alto.



Discútase la “moralidad” o si se prefiere, como a algunos les gusta y se regodean extasiados de insistir, la “doble moralidad” que hasta antes de la revolución contracultural más o menos se mantenía vigente en occidente. Más que dedicarme a hacer una apología de la moral tradicional y cristiana, lo que pretendo señalar aquí es que el hecho que Hefner haya podido hacerse millonario en una industria en la que él fue pionero hubiera sido imposible e impensable en épocas inmediatas precedentes. No solo no hubiera podido: haberlo siquiera intentado le hubiera granjeado un vituperio general y la reprobación activa de la mayoría. Incluida la sanción gubernamental, no solo la religiosa. Y quiero llegar a este punto: no porque la mayoría no contara con sus propias y quizá numerosas fantasías, experiencias, deslices, infidelidades, prácticas y hasta parafilias sexuales, o incluso pláticas impúdicas. No. No era por esas razones. Era porque todavía se conservaba a manera general un sentido mayor del pudor, de que lo sexual, más allá de costumbres que cada quien adoptara, más allá del grado de licencia o templanza, se trataba de algo más íntimo, reducido a manifestaciones más privadas. Las estampas y publicaciones poco pudorosas, aunque existían desde mucho atrás, era material ilegal, se distribuían con poco tiraje y bajo una atmósfera de clandestinidad. Hefner, por el contrario, cual profeta del pansexualismo vigente, anunciaba un cambio dramático, al desvergonzadamente colocar lo erótico y el desnudismo como nueva oferta pública de entretenimiento, destinada a convertirse en una industria de consumo masivo, con la tolerancia del Estado.

¿Qué pensar en este sentido del susodicho magnate del erotismo y la pornografía? ¿Se puede hablar de su labor como un “legado” y de su astucia comercial como “pionerismo”, cual si se tratara de un prohombre de cuya memoria haya que hacerse algún honor? La mentalidad moderna con tendencia al por algunos llamado “progresismo” tenderá a ver en él un empresario exitoso que ayudó a quitarle la marca de tabú al sexo y que llenó de “entretenimiento” a generaciones de adultos (y decenas de miles de menores “curiosos”). En lo que a mí respecta, Hefner no fue más que un cínico viejo degenerado y corruptor, a quien curiosamente las feministas no suelen criticar, a pesar de ser un agente habitual de cosificación de la mujer.



Grandes han sido y honor merecen los que han contribuido al ennoblecimiento de la condición humana por sus aportes en la ciencia, la filantropía, la filosofía, las artes, por su testimonio de fe, por causas justas. Este tipo, apenas y representa a la decadencia de nuestra civilización, que es capaz de encontrar lucro a merced de la explotación de las pasiones, en un contexto donde el sabio, el santo y el sacrificado son marginados o hasta despreciados, en tanto que el mediocre, el cínico y el que se acomoda a lo políticamente correcto, suelen figurar en la conducción de las naciones, en la orientación de los valores, en la producción intelectual, así como en las portadas de las revistas y en la cobertura de los medios de comunicación.


lunes, 3 de julio de 2017

El hombre de la generación de 1500 es el constructor más decisivo de la historia de España.


España tiene a lo largo de la Edad de Oro un promedio de ocho millones de habitantes, la mitad que Francia y casi una quinta parte que Europa. ¿Cómo tan pocos pudieron imponer su hegemonía sobre tantos? ¿Cómo ejércitos exiguos pudieron apoderarse de imperios como el azteca y el inca? ¿Qué tipo de hombres producía aquella familia, universidad, Iglesia y sociedad? ¿Qué fuerza los cohesionaba, para significarse tanto no ya sobre la mediocridad del tiempo de Enrique IV, sino sobre las exigencias del Renacimiento y Humanismo? No basta acudir a la astucia, que también es un valor humano, si bien poco trascendente.

La respuesta está en el hombre, protagonista de la historia y situado en el ambiente de Enrique IV, en el de los Reyes católicos, Carlos V y Felipe II. Los Reyes Católicos realizaron la reforma del episcopado, de la mayor parte de los religiosos, de la enseñanza universitaria y de parte del clero secular, y sanearon el ambiente de la corrupción y abuso de poder. Se formó un pueblo hondamente cristiano en muchos estratos sociales. Una fe honda exige profunda ciencia teológica; ambas dan seguridad y exigencia a la persona. En 1500, Gómez García señala la estrenuidad, severidad y benignidad como armas de quien quiera batallar contra los vicios. Jaime Alcalá cristianizó la caballería, cubierta de gloria en la Vega de Granada (1515). El Arcediano del Alcor le dio estatuto de espiritualidad, hispanizando el Enchiridion militis christiani de Erasmo, que con acierto especial tradujo por Enquiridión del caballero cristiano (1525).

Tres años antes, en Manresa, Iñigo de Loyola, que aún no había trocado su nombre en Ignacio, dice que quien no responde a la llamada del rey eterno es digno de ser vituperado por todo el mundo y tenido por perverso caballero. El hombre de la generación de 1500 es el constructor más decisivo de la historia de España. No se puede interpretar la historia desde fuera de sus protagonistas, ni romper la unidad literaria de un hombre que escribe y enseña en latín y castellano, atendiendo sólo a una de sus lenguas, ni valorarlo sólo desde el aspecto literario sin atender al hombre en sí y a su proyecto. Aquellos hombres valoraban el deber de ser hombres y de hacer hombres que vivieran como tales en sociedad y la promocionasen y alcanzasen el destino de la vida: la salvación eterna. Puede el hombre de fines de 1993 estar o no de acuerdo con el de 1500-1600, pero tiene que reconocer la realidad de aquellas personas y, desde ella, explicar sus acciones y sus escritos.

(Melquíades Andrés, "Historia de la Mística de la edad de Oro en España y América", 1a Ed., BAC, Madrid, 1994, p.73)

sábado, 24 de junio de 2017

FRASES PARA REFLEXIONAR (I)


1. Muchos te conocen pero pocos saben quién eres.

2. El necio es sabio en su propia opinión.

3.Cualquier cosa que digas, será mal interpretada.

4.El orden de las mentiras, no altera la decepción.

5. Reprende al amigo en secreto y alábalo en público.

6. Gritas tanto tu actitud que no escucho lo que dices.

7. Pensar es moverse en el infinito. —H.D. Lacordaire

8. Las grandes mentes discuten ideas; las mentes promedio discuten acontecimientos; las mentes pequeñas discuten con la gente.-Eleanor Roosevelt.

9. Incluso si no estas en el camino correcto, serás atropellado si te quedas sentado.-Will Rogers.

10. Es la marca de una mente educada ser capaz de entretener un pensamiento sin aceptarlo.-Aristóteles.


Frases tomadas de los sitios a los que se puede acceder mediante los siguientes enlaces:
https://tomatusnotas.com/65-frases-de-reflexion/
https://www.lifeder.com/frases-inteligentes-cortas/

jueves, 29 de diciembre de 2016

Edad Media: ¿tierra plana?

A veces nos topamos con situaciones inesperadas pero con feliz término. Encontramos cuestiones que no estábamos buscando, pero que sorpresivamente nos saltan a la vista mientras hacemos otra cosa. Para el caso, yo sabía que Sto. Tomás escribió sobre la tierra...¡redonda!, pero no recordaba dónde. Ahora, gracias a un estimado amigo que me compartió un enlace de la  Parte Primera, Cuestión Primera de la Suma Teológica, logré ubicarlo.

Como sabrán, la oficialidad académica nos enseña que los Medievales creían que la tierra era plana y que en sus límites habían monstruos que devorarían a los marinos que se atrevieran a pasar por esos linderos. ¡Oscurantismo al mil por ciento! Sin embargo, como otros tantos temas históricos, personalmente no me extrañaría que un sano y científicamente bien elaborado revisionismo histórico pudiera arrojarnos a la luz una versión un tanto distinta.

No pretendo aportar una investigación si quiera del tema, sino apenas unas consideraciones.

Parto de una pregunta: en caso de que realmente los antiguos y medievales hayan creído en una tierra plana, ¿se trató de una opinión o pseudociencia establecida que representaba una creencia popular, la noción común de las élites intelectuales de ese entonces? No tengo la respuesta. Solo puedo decir que al menos uno de los más grandes intelectuales medievales y de todos los tiempos, Sto. Tomás de Aquino, enseñaba que la tierra era redonda. Cito: “ A diversos modos de conocer, diversas ciencias. Por ejemplo, tanto el astrónomo como el físico pueden concluir que la tierra es redonda. Pero mientras el astrónomo lo deduce por algo abstracto, la matemática, el físico lo hace por algo concreto, la materia. De ahí que nada impida que unas mismas cosas entren dentro del campo de las materias filosóficas siendo conocidas por la simple razón natural, y, al mismo tiempo, dentro del campo de otra ciencia cuyo modo de conocer es por la luz de la revelación divina. De donde se deduce que la teología que estudia la doctrina sagrada, por su género es distinta de la teología que figura como parte de la filosofía” (Suma Teológica, I, q. 1, a. 1, ad 2). En esta cuestión, el Aquinate habla de los distintos tipos de conocimiento que aportan la ciencia y la fe, y en la cita el ejemplo de cómo, precisamente, puede conocerse la redondez de la tierra, a través de distintas materias o estudios científicos.

Cabe preguntarse: ¿esta asunción de la redondez de la tierra era apenas algo sostenido por Sto. Tomás? ¿Por él y otros pocos? ¿Tuvo alguna réplica o “burla” de los intelectuales de la época? Ignoro que la Iglesia o famosos intelectuales contemporáneos le hayan refutado y mucho menos condenado esta afirmación. Y si existe algo en este sentido, agradecería me proporcionaran fuentes que lo certifiquen. Como primera conclusión, creo que puede afirmarse mínimamente, que algunos intelectuales sí sostenían que la tierra era redonda y no fue un descubrimiento renacentista ni de la modernidad. Incluso, poniendo atención a la cita, Sto. Tomás pareciera presentar este hecho como algo corriente, no como materia de controversia.

Otra consideración, que no brinda nada concluyente, pero sí al menos, mueve a reflexión, es el hecho de que tanto en figuras literarias de la Biblia como en la iconografía cristiana, se representa al mundo como “orbe”, orbis terrarum. Los Salmos cantan las glorias de Dios “que llena el orbe de la tierra” y esta imagen se repite con cierta frecuencia tanto en este libro como en otros de las Sagradas Escrituras. Y respecto a la iconografía cristiana, baste poner un ejemplo, para nada único, pero sí emblemático: el Cristo, bendiciendo con su mano derecha y sosteniendo el “globo terráqueo” en la izquierda. Imagen muy corriente tanto en pinturas, como en mosaicos occidentales e íconos bizantinos, durante toda la Edad Media. ¿Por qué esta representación de la tierra de forma redonda? ¿Tiene un fundamento ajeno a la realidad física del mundo? En todo caso, desconozco que fuera objeto de reprobación. Por el contrario, resultaba algo común.

Como conclusión, estos detalles y otros más que podrían adjuntarse, me dan pie a preguntarme si un estudio serio más exhaustivo podría realmente arrojarnos matices diferentes de la manera de ver cómo en verdad los estudiosos medievales concebían al planeta tierra en su geometría.


lunes, 21 de noviembre de 2016

Identidades, sí. Identitarismo blanco, ¿no? Las contradicciones de la legitimación conceptual y axiológica en la democracia liberal

El pasado sábado 19 de noviembre, se realizó la Conferencia Anual del  National Policy Institute (Instituto de Política Nacional) en el Edificio Ronald Reagan en Washington D.C.  En la página de entrada de su sitio web, este Instituto se define así mismo como: "una organización independiente dedicada a la herencia, identidad y futuro de gente de descendencia europea en los Estados Unidos y alrededor del mundo. Fue fundado en 2005 por William Regnery y Samuel T. Francis , en conjunto con Louis R. Andrews. Es anfitrión regular de eventos públicos y conferencias; publicamos libros, periódicos, ensayos y blogs; producimos vídeos y archivos de sonido-todo dedicado al resurgimiento y florecimiento de nuestro pueblo". (Visitar su sitio oficial pulsando aquí. )

Se dieron cita personalidades reconocidas dentro de su círculo ideológico de derecha alternativa o identitaria, como Jared Taylor, Kevin MacDonald, Millennial Woes, Peter Brimelow,  Richard Spencer, Jason Reza Jorjani, Bill Regnery y Sam Dickson. En el evento, que duró desde las 10: 00 am  hasta la 01: 45 am (EST)  del siguiente día, se dieron charlas y coloquios sobre temas como historia de los pueblos europeos, identidad blanca, la inmigración masiva y sus efectos, la corrección política y los medios de comunicación, escenarios con la presidencia de Donald Trump, entre otros más.

Se dio, asimismo, espacio para entrevistas, actos culturales, refrigerios y recesos.

Un evento de esta duración, con la cantidad de expositores y temas que tuvo, da mucho para hablar. En favor o en contra, dependiendo desde el prisma ideológico con que se le vea. Sin embargo, llama la atención cómo tantos medios tienden a ocultar con su silencio y falta de cobertura los contenidos desarrollados, para centrarse en gestos o detalles , no desprovistos de significación, pero que tomados aisladamente, por reduccionismo, obvian muchos aspectos que permitirían hacerse con una mejor comprensión de lo que realmente sucede allí.

Véase el caso de esta noticia, http://www.theatlantic.com/politics/archive/2016/11/richard-spencer-speech-npi/508379/, en que el sitio web The Atlantic lo que recoge es que hubieron varios asistentes que saludaron brazo en alto en el momento que Richard Spencer gritó: “Hail Trump, hail our people, hail victory!” ("¡Salve Trump, salve nuestro pueblo, salve victoria!"), replicando lo dicho.

Yo los estuve escuchando y viendo casi en la totalidad de la jornada. No recuerdo haber escuchado discursos de odio, ni llamados a ejercer la violencia contra no blancos. Las charlas fueron dictadas por personas inteligentes, con un lenguaje a veces hasta académico, racional. Pero, de todo esto, nada quedaría si nos atuviéramos a los que muchos medios quieren hacer resaltar, velada o directamente. Tal cual lo presentado en la noticia antes referida, pareciera que se trata de un grupo de nazis, supremacistas blancos, antisemitas (como suelen decir, cuando en realidad lo que critican es un anti-judaísmo específico, pero la semántica les resbala a muchos...). En algunos párrafos, The Atlantic hace algunas alusiones sobre quiénes son ideológicamente, pero estereotipadamente, con sesgo y sin mayor aclaración ni referencia a fuentes que ahonden en ello.

 Si respetamos cómo se autodenominan y definen, son alternative right (derecha alternativa) Véase en inglés lo que es aquí. o identitarian movements (movimientos identitarios) Ver vídeo aquí..  No nazis, no cons, mucho menos neocons, aunque converjan en algunos puntos. Lo que quiero hacer notar es que la distinción ayuda a evitar la confusión y es fácil por vía de simplificación llamar "facho" a todo aquel que defienda en alguna medida su herencia étnica blanca, valores conservadores e identidades europeístas. Con aplicar este cartelito, peyorativamente, parece bastar para negar toda validez a lo que se tenga que decir o sostener. Pero hay grupos que pueden llegar a pelearse entre ellos mismos incluso, que retoman estos aspectos, son diferentes, por matices de ethos y pathos, estilos, papel que juega en ellos lo religioso/espiritual, visión de extensión y poder del Estado, sentido más comunitario o individualista, incorporación o rechazo de medios violentos y discursos de odio, etc.

Los conozco a ellos, es decir, a los de la alt-right (derecha alternativa) y su discurso no es el típico incendiario de extremistas de derechas. Tienen varios de ellos doctorados y gente intelectual, profesional, su perfil no es bajo. Admiten debates públicos y que les cuestionen. Si a priori se les quisiera descalificar en todo su pensamiento o propuestas, es una opción, sin dudas. Pero me parecería llamativo, en la medida que se han mantenido en los límites del sacrosanto pluralismo y el paradigma del sistema.

Me pregunto porqué tras la llamada "Ilustración", la tolerancia (que con algunos se muestra más bien RANCIA), el pluralismo y la demolatría, cuando lo que muchos se atreven a defender no concuerda con los gustos, sentir, agendas ni valores de los defensores de lo políticamente correcto, entonces, ya no es democrático, es inaceptable, no merece siquiera ser debatido y se multiplican actitudes por el estilo, contradiciendo las reglas del juego democrático que se toman con religioso acatamiento y veneración. Hay minorías que valen infinitamente y muchedumbres que no DEBEN contar. El testimonio de medio centenar de algunos llega a ser el foco de atención de los medios estándar pero cientos de miles organizados manifestándose con otras ideas y valores apenas y logran un párrafo, un par de minutos y no sin criticismo, por supuesto. ¿De esta "democracia" estamos hablando?
Tratando de dejar hasta cierto punto nuestra ideología, cosa que no creo del todo posible ni deseable, quisiera apuntar a que existen grandes temas que ameritan ser discutidos por su complejidad y porque tienen repercusiones en la vida práctica. Por ejemplo, una cosa es el fenómeno migratorio, lo más normal que pueda haber en toda la historia. Pero cuando llega al grado de convertirse en migración masiva descontrolada, hay varios factores a tomar en cuenta: económicos, políticos, espaciales/ambientales, demográficos, identitarios, socio-culturales, derechos humanos, etc.

Entre una aproximación reduccionista que se concentra en tan sólo uno o un par de estos puntos, sin tomar en cuenta que otros también importan, y una aproximación idealista, demasiado teoricista, que crea que en corto plazo se puedan atender adecuadamente todos los puntos en cuestión, pienso que nos estamos situando frente a la agrupación colectiva de tendencias bajo ejes diferentes y encontrados. Unos, parecieran preocuparse por segmentos minoritarios vulnerables y su destino. Otros, retoman una preocupación por el futuro de su herencia étnica y su cultura. Decirles a ambas tendencias que están totalmente equivocadas, me parece incorrecto. Lo que me llama  la atención es que mientras el primer grupo suele ser entendido y aceptado con facilidad, a los otros parece que no se les quiere o puede entender, por tratarse de gente blanca y de cultura occidental, conservadora y que quieren defender su herencia. Extraña esta incomprensión con tendencia a condenación,  porque muchos entenderían si se tratara de pueblos de color colonizados por blancos, que quisieran preservar sus etnias y cultura amenazadas de desaparecer o ser transformadas por los "inicuos" occidentales. Hay mucho de doble estándar y prejuicios. Sin olvidar cuestiones de legalidad, fisco, crimen y más, que no se pueden obviar sólo por "humanitarismo" o bonhomía. En conclusión: temas complejos, y no se puede censurar  a priori a quienes desarrollan algunos de los problemas como si sus preocupaciones no tuvieran validez alguna. Mejores políticas más sensatas evitarían que se dieran estos problemas y con ellos, el surgimiento de estos grupos políticamente incorrectos.

La antropología física y la genética tendrán cosas importantes que decir sobre la diversidad humana. No me extenderé en ello. La cuestión es que la ciencia misma debate. Mucho más cuando se trata de ideas y opiniones. Una tesis se adversa con otra. Pero ahora, se demonizan tesis sin con frecuencia escuchar realmente el desarrollo del opositor. Y lo que es peor, se le pretende negar espacio para exponer. Allí hay algo sintomático. Por otra parte, ya en antropología sociocultural, es totalmente susceptible de estudiarse estos temas, y pienso en específico, desde la vertiente de lo identitario, que  no se restringe a lo racial- físico sino  que se expande hacia lo étnico- cultural. Recordemos que independientemente de los juicios de valor que hagamos, existe toda una vivencia, imaginarios, contextos, discursos, estilos, estéticas, valoraciones, experiencias en torno a las identidades, que importan cómo fenómeno. Y que hay que tratar de comprenderlos sin apriorismos.



sábado, 12 de noviembre de 2016

¿Disidencia conservadora = odio universal? Breves reflexiones sobre Trump, la migración y lo identitario

A ver... Sobre Trump y sus políticas migratorias. Que eso signifique a la fuerza y con conciencia utilizar un “discurso de odio”… ¿Ser disidente de otros pensamientos o idearios implica necesariamente odiar a los contradictores que los sustentan o a las personas que puedan verse afectadas con las políticas a ejecutar como opositor? ¿Es intrínsecamente perverso que un Estado quiera un mejor control migratorio y que sea un tema que les preocupe a sus nacionales por sus repercusiones económicas, políticas e identitarias? ¿No es odio sino mera "catarsis reivindicativa" la de grupos masivos que queman banderas gringas, insultan y golpean a quienes apoyaron a Trump? ¿Rompemos las reglas del juego democrático cuando quienes ganan no son los que nos caen mejor y nos hacemos de la vista gorda cuando los nuestros se muestran pendencieros, montoneros y abusones?

Pésimas políticas que obvian una mejor compresión y aproximación al problema migratorio en USA y Europa, sumado a los malos modelos socio-económicos de los países de donde se migra, han permitido que este problema llegue a unas proporciones cuya complejidad de por sí,  demanda un tratamiento delicado pero lastimosamente no se puede postergar tomar medidas y por tanto, algunas se harán sin la idoneidad que se requeriría para evitar en lo posible afectar tanto a tantas personas. La cuestión es que no me parece correcto reducir la problemática a concentrarla a su dimensión humanitarista. Hay otras también, y sólo el equilibrio de darle atención a todas podría encauzar políticas mejores. No hacerlo así sería utópico, irrealista, sofista y peligroso, al punto de fraguar una potencial desestabilización y guerra Civil interna.
Hay mucho que analizar. Y obviamente, los análisis se hacen desde diferentes presupuestos teórico/ideológicos. Quisiera partir de que no soy indiferente al padecer ni a las necesidades de nuestros hermanos hispanos ni de los migrantes en general. Hay varias causas que provocan la inmigración y en parte, son de corte estructural, por la pobreza (en todos los sentidos) de sus países de origen, falta de seguridad, deseo de superación, etc. Dicho esto, sin embargo, creo que hay que tratar de ser más amplios y ver las cosas en su contexto. Es decir, para el caso, se trata de políticas migratorias de Estados Unidos y me parece natural que velen en primer lugar por sus intereses y secundariamente, por los de otros grupos migratorios. Por otro lado, no es lo mismo migrar legal que ilegalmente.
Es obvio que los ilegales migraron así porque no podían hacerlo legalmente. Pero, debería ser entendible también, que por su ilegalidad, no tiene derecho a estar allí. Eso es algo de fácil comprensión y de aplicación universal, en el tiempo y espacio. Si queremos verlo de otra forma, admitamos que más allá de discusiones legales, pudiera haber por decirlo así una "lucha por la supervivencia y oportunidades", y en las luchas con frecuencia se saltan muchos aspectos legales y a veces hasta éticos, en aras a intereses, sea porque son de orden superior, sea simplemente porque los reivindican con fuerza y activismo. Si esto es así, y le concedemos esa "beligerancia" a los migrantes ilegales, de nuevo, tengamos la apertura para tratar de entender que los nacionales NO TENGAN A LA FUERZA PORQUÉ ACEPTAR ESA SITUACIÓN.

De nuevo, restringirlo todo a una visión humanitarista implica relegar a la marginación otros aspectos TAMBIÉN importantes. No se puede ver como malvado que haya quienes tengan en cuenta la cuestión fiscal y económica PENSANDO EN PRIMER LUGAR en sus nacionales, en su país como conjunto y no en segmentos poblacionales que viven ilegalmente en su nación.
Sobre el aspecto identitario: es un fenómeno que va cobrando auge a pasos acelerados, precisamente, porque una política mundialista migratoria insensata ha permitido no solo la migración que es algo constante, normal, en la historia, sino, LA MIGRACIÓN MASIVA DESCONTROLADA. Y con ello, quiero traer a colación lo de que "Estados Unidos es un país de inmigrantes". Por supuesto. Pero usualmente al mencionarlo, quisieran muchos hacer pensar que Estados Unidos significa la suma de un montón de pueblos con diferentes etnias, tradiciones y lenguas. Lo cual...NO ES VERDAD. Solo relativamente hace unas décadas se ha dado una explosión demográfica con diversidad étnica. Estados Unidos fue construido (y no sin numerosas crueldades y políticas criticables) principalmente por ingleses, holandeses y alemanes. Bajo una visión "libertaria", y cuño protestante-masónico. En un sentido más amplio, Estados Unidos recoge a su manera, mucho de la civilización occidental europea, en sus instituciones, legislación, mentalidad, aunque obviamente, con la impronta filosófico-histórica de la modernidad. Si se fuera asimilando de manera constante y profunda, elementos socio-culturales diferentes, es innegable que lo que se realizaría un cambio profundo y su núcleo identitario acabaría disolviéndose hasta transformar a los Estados Unidos en otro nación diferente, quizá hasta sin continuidad con su caracterización histórica.

Dentro de estas reflexiones, no estoy tratando de llamar a adherir o condenar estas bases fundacionales, sino de reconocerlas, entre otras. Y con sus matices, han conservado su vigencia, incluso ensanchando Estados Unidos su "destino manifiesto" de árbitro mundial, que tuviera antes Inglaterra.
 Por más que la identidad no se deba concebir sin dinamicidad y capacidad de reinvención, no debe extrañar que si quedan suficientes personas que reclaman para sí ciertas preferencias étnicas y culturales, traten de defenderlas de aquellos que vean como AMENAZA a estas (sea que la amenaza sea real o tan solo una percepción).

Hoy en día cierto multiculturalismo utópicamente pretende promover la coexistencia y asimilación de culturas diferentes, todas en convivencia pacífica, como si esto realmente pudiera suceder con solo buena voluntad. Pero la historia misma se encarga de desmentirlo. Porque una cosa es buscar entendimiento y evitar conflictos innecesarios, pero otra distinta es la de obligar a mezclar y a aceptar todo lo diverso, como en la actualidad.
¿Cómo podría esto suceder, por ejemplo, con los inmigrantes musulmanes que postulan la implementación de la Sharia en sus países de acogida? ¿Cómo pretenden que se manejen políticas públicas con un pueblo dividido étnica y axiológicamente, entre otras divisiones más? Otro  ejemplo más cercano, la cuestión del aborto y la homosexualidad, no en cuanto a lo ideológico que tienen, sino a su tratamiento en el espectro público. ¿Pretenden los liberales que los que no lo son deban callar y tolerar la validación legal de estos temas? Y viceversa. Otros numerosos ejemplos lo que demuestran es que no tiene sostén un modelo pluralista cuando la axiología es muy desemejante. A fuerza, las antinomias provocaran conflictos...abiertos.
Por tanto, no extrañe que en USA y Europa se estén manifestando los que no aceptan modelos donde sus principios y valores quedan en la práctica ninguneados y destrozados. Más que buscar que se avale esto, lo que pretendo es visibilizar el problema y señalarlo. Esto no se arregla con meras decisiones bien o mal pensantes de élites políticas, y mucho menos, de los pretendidos intelectuales.vista gorda cuando quienes ganan no son los que nos caen mejor? Pésimas políticas sobre un mejor tratamiento del problema migratorio en USA y Europa, sumado a los malos modelos socio-económicos de los países de donde se migra, han permitido que el problema llegue a unas proporciones cuya complejidad demanda un tratan delicado pero lastimosamente no se puede postergar tomar medidas y por tanto, algunas se harán sin la delicadeza que se requeriría para evitar en lo posible afectar tanto a tantas personas. La cuestión es que no me parece correcto reducir la problemática a concentrada en su dimensión humanista. Hay otras también y sólo el equilibrio de darle atención a todas podría encauzar políticas mejores. No hacerlo así sería utópico, irrealista, sofista y peligroso, al punto de una potencial desestabilización y guerra Civil interna.