No hay nada más estremecedor que la crudeza de la realidad, cuando en ella se viven las escenas que en la narrativa dramática o trágica apenas parecen restringirse al campo de la imaginación literaria o a hipérboles oscuras y pesimistas de la posibilidad de futuros cercanos con presagio de caos.
Este es el caso de la obra "El campamento de los santos" o "El desembarco" (en ediciones más recientes) del escritor y explorador francés Jean Raspail, publicada en 1973. La trama consiste en la emigración masiva desde la India (un millón de personas) hacia Francia, con las reacciones y repercusiones que esto plantea. Como lo reseña el árticulo "Raspail: “El campamento de los santos”, del sitio "Orden y Cultura" http://www.ordenycultura.es/2011/06/22/916/ :"El libro, duro y nada
complaciente, señala el caos provocado por esa oleada, la anarquía
generada y la caída de los valores de las sociedades europeas".
No es mi propósito aquí comentar el libro, sino dejarlo como referencia que vale la pena revisar. Desde una fuente literaria, que no obstante, aborda temáticas que son más actuales en nuestros días que en los de su publicación.
La migración ha sido un fenómeno constante en la historia de la humanidad. Ha hecho posible el nacimineto y desarrollo de civilizaciones, pero también, su caída. Y existen diversos factores que la causan, así como tipo de migrantes y distintas formas de relación y reacción entre los pueblos en donde hay movimiento masivo poblacional. Se generan relaciones de dominación, subordinación, intercambio, asimilación, integración, exclusión, conflicto, entre otras, dependiendo de los valores, necesidades, cosmovisión e intereses de los grupos humanos interrelacionados.
Pero si nos concentramos en el tópico de las identidades, éste es quizá uno de los puntos que mayor discusión puede generar en torno a la acogida masiva de inmigrantes en algunas sociedades. Según sea el sentir popular y la fuerza social de la ideología dominante de los grupos de poder que controlan las naciones, así podrá percibirse una mayor o menor apertura que en ciertas sociedades se dé a la inmigración que hoy en día, se representa con frecuencia en decenas de miles de personas. Es natural que cuando se empieza a afincar un asentamiento o arraigo de grupos poblacionales extensos, surjan cambios en la cultura local, sea que la población nativa vaya incorporando elementos de la inmigrante o visceversa, o como pasa con frecuencia, ambos procesos de intercambio cultural desarrollandose a la vez. Algunos tipos de inmigrantes se van asimilando al establecimiento que los acoge y asumen, al menos en buena parte, los modelos axiológicos, actitudinales y de convivencia de sus vecinos locales. Por el contrario, en otros casos, los inmigrantes se muestra más refractarios en asimilarse y tienden al ghetto y a la conservación férrea de su cultura e identidad propia.
En el caso europeo, a pesar de las grandes transformaciones sociales, ideológicas, científicas y políticas en los últimos siglos, y junto con ello, la admision del pluralismo, sin embargo, todavía en varios europeos persiste un sentido de identidad europea, asociado a referentes como el cristianismo, el estado de derecho, sentido de orden y razón influenciados por la cultura helénica y romana, y así, una serie de principios y valores, que no son sentidos, vividos o compartidos de la misma manera por algunos de sus inmigrantes contemporáneos, principalmente orientales musulmanes o norafricanos.
La obra de Raspail viene a plantearle al hombre occidental una problemática concreta: ¿está dispuesto a permitir una reconfiguración identitaria por agentes externos con grandes diferencias cosmovisivas y actitudinales? Y junto con esta problemática, van seguidas otras:
-¿Están los gobiernos de los países occidentales, en especial, en Europa, preparados para salir avantes ante el impacto político-social de la magnitud de inmigración que se está dando en sus territorios?
-¿Existen vías razonables y humanitarias que sirvan de orientacion de políticas de estado, que no se inscriban ni en el extremo de una violencia estructural refractaria a priori a todo tipo de inmigración (¡y de inmigrantes!, que no es lo mismo personas educadas y trabajadoras que emigran para aportar a la sociedad donde vivirán, que sujetos desarraigados, con visión parasitaria y con conciencia de hostilidad a los valores y manera de ser de la gente en donde piensan habitar), pero tampoco, en un humanitarismo ciego desconectado de los problemas reales que puede causar una inmigración masiva mal planificada o incluso, sin ser pensada con seriedad por los gobiernos y estados?
-¿Será posible, en la actualidad, evitar un choque cultural y social entre inmigrantes y nativos, solamente con discursos políticamente correctos, sociedad civil y pacifismo filosófico-religioso, cuando hay numerosos individuos en cada grupo que otorgan verdadera importancia a los principios, valores y formas de vivir suyos y que sienten (o comprueban, según sea el caso) que los "otros" les están amenazando?
Francia, el país natal de Jean Raspail, Italia, España y Alemania, son ya testigos, obviamente, a una escala menor, mas no sin importancia, de lo que se describe en "El Campamento de los Santos". A menos de 50 años de haber visto la luz, la visión de nuestro autor va cobrando mayor realidad que nunca en nuestra historia contemporánea. Y por eso, no es descabellado pensar que de no tomar la responsabilidad debida aquellas personas de poder (político, intelectual, mediático) a quienes compete estudiar, abordar y poner alternativas serias a esta situación, el desenlace histórico de nuestra realidad no diferirá mucho del literario en esta obra.
Dejamos un enlace para los interesados en este tema, donde podrán descargar la obra:
Roberto López-Geissmann h.
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