mas sin prisa, aunque en poco sosegado.
No me faltaba la caricia del rocío en madrugada,
ni la seguridad reconfortante de la presencia anhelada.
Caminar sumido en penumbra, de herrumbre poseido,
mal sería un destino al que aferrarse alguien quisiese,
pero en cotidiana existencia del humano ha devenido,
la experiencia alienante que la desolación cumpliese.
Al olvido existencial de la Fuente primera,
le ha seguido, poderoso, cual férrea quimera,
el extravío del camino, el ocultamiento del Rostro,
tras halagüena y febril avalancha de parecer hosco.
Harta y honda confusión nos ha brindado este mundo,
a tal punto de no saber decirlo con buen tino,
si a tientas o incluso a gatas, se va cual vagabundo,
o si de veras, enhiesto y dispuesto, como peregrino.
Felicitaciones Roberto, tienes mucho para brindar!. Difundiremos con gusto.Dios te bendiga hermano.
ResponderEliminarMuchas gracias, Jorge. Bendiciones.
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