martes, 2 de enero de 2024

Ideologías y perfiles psicológicos

 Es muy interesante la pregunta de un contacto, de por qué gente con traumas, según él, tiende al progresismo. Soy católico, antropólogo y aficionado a la psicología. He estudiado traumas y trastornos de la personalidad.  



Mi opinión es que, efectivamente hay ideologías y actitudes ante la vida que intentan reconocer el orden divino y natural, seguir la naturaleza (en sentido filosófico) y el realismo, mientras otras son más proclives a la exaltación del individuo, a la emancipación de sujeto de cualquier tipo de orden establecido y una concepción materialista o naturalista del ser humano. Una persona con traumas y trastornos, en la medida de que no haya sanado o esté en grado incipiente  de vías de superación,  evitará o no le será posible una relación sana con la realidad y las personas, y en ese sentido le viene mejor un sistema de creencias y comportamientos con el que pueda sentirse cómoda en su falta de control de impulsos, en su inestabilidad,  en su caos, en su dificultad o imposibilidad en la práctica de sujeción a un orden ético y cosmológico tradicional, y por tanto, visiones de mundo que sean permisivas, liberales, laxas, subjetivistas,  vitalistas, existecialistas, como las que se hallan en el progresismo y la posmodernidad, les vienen como anillo al dedo.

Sin embargo, hay que admitir que también entre gente tradicional, nacionalista y conservadora pueden darse otros tipos de problemas psicológicos,  por compulsión u obsesión de orden no como algo ontológico, sino en su parte funcional y hasta meramente convencional, cayendo de la sana salvaguarda a la insana rigidez y rigor que ignoran la fragilidad humana y la necesidad de comprensión,  motivación y conciencia que debe tenerse para mantener un compromiso vital. También no es raro hallar gente escrupulosa,  personas violentas o agresivas sin necesidad en el ejercicio de la autoridad, narcisistas espirituales y así otros problemas psicológicos. La estructura de pensamientos y valores influye así en el desarrollo de algunas conductas en particular en cada segmento ideológico, aunque no significa que sean exclusivas de cada segmento.

lunes, 1 de enero de 2024

REFLEXIÓN DE INICIO DE AÑO (2024)

Si para estas celebraciones de Navidad y Fin de Año tuviste una mesa servida, llena de platillos deliciosos y abundantes, compartiendo al lado de tus seres queridos, en un ambiente de alegría y festejo, siéntete afortunado y agradece a Dios haber tenido esa dicha, porque miles de personas en diferentes partes del mundo, no tuvieron más que unos mendrugos de pan o ni siquiera eso para saciar no su gusto sino su hambre, cuántos permanecieron en soledad, otros, la pasaron fatal bajo un ambiente de violencia, discordia, abandono, frustración o zozobra en su mente y corazón.


 

Hablar de cosas tristes, reflexionar sobre puntos serios, no parece ajustarse al espíritu festivo que impera en estos días con justa razón. Sin embargo, no es mi intención volver sombrío y grave un tiempo colorido, luminoso, sino llevar a nuestra conciencia el hecho de que no existimos en este mundo para solo vivir nuestra vida de forma egoísta, ajena al sentido de comunidad, sin tener en consideración real nuestra humanidad compartida con el resto de seres humanos, especialmente los que tenemos más cercanos y a los que podemos llegar también con  nuestras acciones, nuestras palabras, nuestros deseos y oraciones.

Sí, celebremos, porque hay mucho por celebrar, y vayamos más lejos aun: sepamos agradecer, en primer lugar nuestra vida,  porque perfectamente podríamos encontrarnos bajo tierra pero si la Providencia nos tiene vivos es por alguna razón y vale la pena que busquemos sentido a nuestro estar aquí y ahora. Añadamos a la luz propia de estos días, el calor de la empatía, de la solidaridad, del apoyo efectivo con aquellos menos afortunados a quienes regalarles una sonrisa, ponerles atención sincera, darles un abrazo, obsequiarles alimento que nutra el cuerpo y una actitud fraterna que conforte el alma, puede marcarles una importante y oportuna diferencia, por más que podamos tener por poco lo que aportemos. Porque al final, y más allá de que nos puedan reconocer o no lo que  les demos, nuestra satisfacción será precisamente el saber ofrecer desde y con el corazón, con recta intención y buscando el bien del prójimo.

Y en el caso particular de nuestros seres queridos: que su alegría nos alegre, sus dolores nos duelan, que puedan hallar en nosotros un lugar seguro, de comprensión , amor y apoyo.

Mis mejores deseos y bendiciones para todos en este año del Señor 2024.